Asignación correspondiente a la Unidad 2 de la materia Toma de Decisiones, de la Maestría en Gerencia Empresarial, Universidad Fermín Toro, Extensión San Cristóbal. Equipo 3 Lideres Efectivos. Conformado por: Eddy Vivas, Deysy Chacòn, Blanca Escalante y Josè Castillo
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El Poder y el Modelo Político El modelo político representa el proceso de la toma de decisiones en función de los intereses propi...
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El Modelo Político http://eadsaia.uft.edu.ve/ead/file.php/5742/lideres_efectivos.gif Se describe la toma de decisiones de las person...
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Complemento Introducción En el presente Blog como asignación de la materia Toma de Decisiones, correspondiente a la Maestría en Geren...
viernes, 2 de agosto de 2013
sábado, 6 de julio de 2013
Aporte Eddy Vivas
El Poder y el Modelo Político
El modelo político representa el proceso de la toma de decisiones en función de los intereses propios y metas de participantes poderosos. Para considerar este modelo es necesario definir primero el término Poder. El poder es la capacidad de influir o controlar las decisiones y metas individuales, de equipo, departamentales o de la organización.
Tener
poder es ser capaz de influir o controlar en:
1. En la definición del problema.
2. La elección de las metas.
3. La consideración de las soluciones
alternativas.
4. La selección de la alternativa que se
pondrá en práctica y, por último,
5. Las acciones y éxito de la
organización.
Es
más probable que los procesos políticos se usen cuando las decisiones incluyen
a participantes poderosos, cuando los tomadores de decisiones están en
desacuerdo en la elección de metas o cuando hay una falla en la búsqueda de soluciones
alternativas cuando surgen conflictos.
Divergencias en la
Definición del Problema
En el modelo político, los participantes
externos e internos intentan definir los problemas para su propia ventaja. Ocurren conflictos cuando varios
participantes tienen percepciones diferentes sobre la naturaleza y fuentes de
los problemas. Cuando las cosas van
mal en una organización con una base política, uno o más individuos pueden
destacarse como la causa del problema.
El chivo expiatorio es al que se le carga la culpa por los problemas o
deficiencias y puede ser un individuo, equipo o departamento inocente o
solo responsable en forma parcial. Por implicación, las otras personas que
podrían ser responsables del problema se consideran libres de culpa. Los individuos o unidades organizacionales
pueden usar chivos expiatorios para conservar una posición de poder o mantener
una imagen positiva.
Un ejemplo de esto sucedió en la Flúor
Corporation que usó esta táctica hace años.
Cuando la compañía fue acusada de fraude financiero durante el trabajo
de limpieza en una fábrica de combustible para armas nucleares cerrada cerca de
Cincinnati, Ohio. Flúor culpó a uno de
sus ingenieros de causar este problema.
La General Accounting Office, el brazo investigador del congreso, citó a
Flúor por rebasar los costos, registros de inspección extraviados, contenedores
de desechos peligrosos con fugas y problemas de abuso de sustancias. Fluor al principio negó las acusaciones,
señalando que eran exageradas y muy perjudiciales. También alegó que el U.S. Departament of
Energy impedía la propia investigación interna de la compañía. Al final Fluor llegó a un acuerdo en la
demanda entablada por el U.S. Justice Departament para preservar la continuidad
de sus operaciones.
Divergencias
en las Metas
El modelo político reconoce la probabilidad de metas
conflictivas entre participantes. Por
tanto, la elección de metas de una organización siempre será influida por el
poder relativo de estos participantes.
Con frecuencia no surgirá un “ganador” claro, pero si el poder está
concentrado en un participante, es probable que las metas primarias de la
organización reflejarán las metas de ese participante.
Un equilibrio de poder entre varios participantes puede conducir a la
negociación y el compromiso, como en la mayor parte de las negociaciones entre
un sindicato y la administración, también puede conducir a un punto
muerto. Recordando que una estrategia
política común es formar una coalición (alianza) cuando ninguna persona, grupo
u organización tiene poder suficiente para seleccionar o poner en práctica su
meta preferida. Muchas organizaciones y
asociaciones relacionadas con la salud, como American Cancer SOciety, Sociedad
Americana de Medica han formado una coalición informal con el congreso para
luchar contra el tabaquismo y los intereses de las tabacaleras.
Divergencias en las Soluciones
Algunas metas o los medios usados para lograrlas pueden percibirse como situaciones de ganar o perder, es decir, mi ganancia es tu perdida, y tu
ganancia es mi pérdida. En tal
situación, los participantes con frecuencia distorsionan y retienen información
de manera selectiva para promover sus propios intereses. Tales acciones pueden limitar en forma grave
la capacidad de tomar decisiones adaptativas e innovadoras, las cuales por
definición, requieren utilizar toda la información relevante, al igual que
explorar una gama completa de soluciones alternativas.
Los participantes dentro de la organización con frecuencia ven la información
como una fuente importante de poder y la usan en consecuencia. El modelo racional de toda decisión exige
que todos los empleados presenten toda la información relevante en forma
abierta.
Sin embargo, los gerentes y empleados
que operan bajo el modelo político verían la revelación libre como ingenua,
dificultando el logro de sus metas personales, de equipo o
departamentales. Para complicar el
panorama, la información con frecuencia es:
1)
Fragmentada y basada en comunicación
informal, por ejemplo (¿Sabías que…?)
2)
Subjetiva en lugar de basada en hechos
rigurosos (Esas impresiones de computadora en realidad no tienen nada que hacer
por aquí) y,
3)
Definida por lo que el participante poderoso
considera importante. (Qué piensa el
jefe?), (¿Cómo responderá el Consejo?)
La
cooptación es una de las estrategias políticas comunes usadas por los
participantes para lograr sus metas. La
cooptación se refiere a traer nuevos representantes del participante del
proceso de toma de decisiones estratégico como una forma de prevenir amenazas
al a estabilidad o existencia de una organización. Un ejemplo es colocar a un banquero en el
consejo de directores de una empresa cuando la empresa necesita pedir un dinero
prestado. Además, algunas organizaciones
han creado comités de ejecutivos subalternos como una forma de involucrar a los
gerentes de mandos medios en cuestiones estratégicas seleccionadas y obtener un
apoyo al poner en práctica un curso de acción elegido.
Referencias
viernes, 5 de julio de 2013
Aporte Blanca Escalante
Se describe la toma de
decisiones de las personas para satisfacer sus propios intereses en las cuales
se señala las preferencias basadas en metas personales egoístas rara vez
cambian conforme se adquiere nueva información. Por tanto, la definición de los
problemas, la búsqueda y recopilación de datos, el intercambio de información y
los criterios de evaluación son sólo métodos utilizados para predisponer el
resultado a favor del que toma la decisión.
Las decisiones reflejan la
distribución del poder en la organización y la efectividad de las tácticas
usadas por gerentes y empleados, determina el impacto de las decisiones.
Adicionalmente, el modelo político predomina en las organizaciones en todo el
mundo. Es decir, prevalece por encima de los dos modelos antes descritos por
ser la base de los procedimientos organizacionales establecidos por la alta
directiva.
Influencias en los Modelos Políticos
Desde la perspectiva de la
práctica gerencial el modelo político se expresa muy vívidamente en las
organizaciones mediante el uso de diversos métodos de influencia, medios por
los cuales los individuos o grupos tratan de ejercer el poder o influir en la
conducta de otros. Los métodos de influencia se presentan así: persuasión
racional, convocatoria inspiradora y consulta. Frecuentemente son los más
efectivos en muchas situaciones de trabajo. Mientras que los métodos menos
efectivos parecen ser los de presión, coalición y legitimación. Sin embargo,
suponer que ciertos métodos darán buenos resultados o que otros nunca tendrá
éxito es un error.
Características del Modelo Político
Este
modelo de decisión, se caracteriza por su ingente contenido empírico y su
énfasis en lo descriptivo. Lo que preocupa a sus teóricos (Lindblom, 1970;
Allison, 1971) es ¿cómo se toman las
decisiones en la realidad? Ellos critican al modelo racional, y lo
consideran como no aplicable en la realidad. Aunque lo aprecian como el ideal
que se debe aplicar en la toma de decisiones.
El término clave es el deber ser pero aplicado en formulaciones
ideales. Los autores del modelo político consideran que el modelo racional es
el instrumento idóneo para intelegir el universo, pero que su no aplicabilidad
es culpa de la realidad (como también ocurre con algunos modelos
econométricos).
El modelo
político
es un modelo basado en el incrementalismo y pretende ser una herramienta de
aplicación práctica. Exige del decisor un reconocimiento de la compleja
realidad que lo rodea, por lo cual debe partir de la siguiente premisa "tengo una situación, hagamos
pequeños cambios y veamos si mejora o empeora".
El modelo político también supone que el decisor conoce su
contexto y que toma decisiones parcializadas a partir de situaciones complejas.
La parcialidad es la única que asegura el éxito a través de la socialización
del problema.
En suma, el modelo político es adaptativo, sustentado en
sistemas flexibles basados en la información obtenida de los errores procurando
evitar el máximo de los fracasos en una visión conjunta del modelo se puede
observar una estrategia de decisión, aunque no con una clara definición de los
medios y de los fines.
Como actúa el Modelo Político
El modelo político no ve un actor unificado, sino muchos actores
considerados como jugadores, quienes no se centran en un tratado estratégico
único, pero sí sobre algunos de los diferentes problemas intra- nacionales,
pues bien, los jugadores que actúan en función de un conjunto inconsistente de
objetivos estratégicos, pero de acuerdo con diversas concepciones de lo
nacional, de los objetivos organizacionales y personales; son los jugadores
quienes hacen que la decisión del gobierno no sea única, ni la opción racional
debido al "estire" y "afloje" de [elementos que dan vida a]
la política (Medina, 1993)
En consecuencia, la decisión organizacional
bajo el enfoque del modelo político es el producto de las decisiones
estratégicas individuales. La decisión colectiva es el resultado de las
decisiones atomizadas y de las estrategias de los jugadores que intervienen en
su consecución.
Por las condiciones anteriores y con cierta estructura
organizacional, el ambiente intra-organizacional se transforma en una arena de
lucha por el poder. En suma los hombres comparten el poder. Este medio necesita
que las decisiones y acciones de la organización resulten de un proceso
político.
Proceso en el Modelo
Político
En el proceso político organizacional, algunas veces un grupo
comprometido con un determinado curso de acción, triunfa sobre otros grupos en
la lucha por otras alternativas. De igual forma, diferentes grupos tensionan en
diferentes direcciones y producen un resultado o más bien una resultante
distinta de cualquier otra que pretendan un individuo o grupo (como en los
juegos de suma no nula). En ambos casos, lo que mueve las piezas del ajedrez no
son simplemente las razones que apoyan un curso de acción o las rutinas de las
organizaciones que decretan una alternativa, sino el poder y las habilidades de
los proponentes y oponentes de la acción en cuestión.
Como se puede observar, este modelo se
sustenta en el sentido común, la intuición y en las capacidades naturales de los decisores.
Su
racionalidad, aunque pretende salir del esquema clásico, tan sólo logra velar
los fines y los medios, en su óptica incrementalista, de ensayo y error. Busca
también a través del enfrentamiento de intereses de los actores, la información
que le permita incidir en su contexto y por lo tanto, en su realidad. Intenta
correr el velo que rodea a las relaciones de dominación, brindando al decisor
individual o grupal una mayor cuota de poder, al poseer una visión más clara de
los juegos y alianzas de poder que se dan en su contexto.
También se debe mencionar que el modelo político muestra que no necesariamente lo político es irracional y que lo operativo es racional. También bajo este mismo tenor, permite inferir que la decisión política se produce como resultado de la amalgama de decisiones o estrategias individuales que campean por recursos y por la preeminencia de sus alternativas.
También se debe mencionar que el modelo político muestra que no necesariamente lo político es irracional y que lo operativo es racional. También bajo este mismo tenor, permite inferir que la decisión política se produce como resultado de la amalgama de decisiones o estrategias individuales que campean por recursos y por la preeminencia de sus alternativas.
El proceso de negociación
política entonces se observa como un mecanismo de preservación del equilibrio
organizativo ante los embates contextuales. De tal suerte que se encuentra
íntimamente relacionada con el equilibrio entre cooperación y pagos que
manejaba el modelo organizacional, lo que se traduce en un terreno práctico en
conflictos e insatisfacciones que pueden tener un alto costo para la
organización.
Youtube
Conclusiones
Se puede concluir que el modelo político sustenta el poder individual, institucional y común entre los decidores dentro de la sociedad, ya que es irracional y permite crear estrategias dentro del contexto, de tal manera que crea y conlleva un equilibrio organizativo disminuyendo conflictos y generando sistemas flexibles basados en la información obtenida de los errores procurando evitar el máximo de los fracasos en una visión conjunta del modelo se puede observar una estrategia de decisión.
Referencias
- ada-mendoza.blogspot.com/.../modelo-politico-para-toma-de-decisione
- tomemosladecision.blogspot.com/.../modelo-de-toma-de-decisiones-mod
- www.revistaespacios.com/a10v31n02/10310233.html
- biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/516/9.pdf
- webdelprofesor.ula.ve/economia/dramirez/.../Modelosdedecision.pd
jueves, 4 de julio de 2013
Aporte Deysy Chacòn
Introducción
Con la expresión modelos políticos podemos
referirnos a la forma en que un Estado se organiza territorialmente
distribuyendo allí su poder, u organiza sus poderes constituidos u órganos de
gobierno, para ejercer la acción estatal. Se los denomina también sistemas
políticos y son las diversas formas que han adoptado a través de la Historia
los Estados del mundo. Se distingue además, entre forma política o formas de
gobierno; y régimen político, que hace referencia a la ideología del poder
Así hablamos en el primer caso, de formas de
organización del Estado, donde diferenciamos los estados unitarios, los federales y las confederaciones, y de formas
de gobierno, siendo clásica la distinción
aristotélica entre formas puras (Monarquía, Aristocracia y Democracia) y formas
impuras (Tiranía, Oligarquía y Demagogia).
En otra acepción tomando la palabra modelo como
arquetipo (patrón o ejemplo a imitar) o prototipo (un ejemplar perfecto) del
hombre político, que ejercita las acciones hacia la búsqueda, conquista o
desempeño del poder, podemos decir:
Los modelos de personajes políticos, hombres
políticos u “homos politicus” que encarnan valores positivos, pueden ser
clasificados del siguiente modo, según Héctor Orlandi:
1. El Político fundacional, prototipo y modelo
originario. Ejemplo: San Martín y Bolívar.
2. El Político reparador, es el arquetipo del
político creador, que asume la misión y el compromiso de orientar la acción
política hacia un modelo justo, como ocurrió con Gandhi, también incluido como
Político fundacional.
3. El político líder, que halla seguidores en su
pueblo o grupo poblacional. Por ejemplo Juan Domingo Perón.
4. El Político héroe, que puede coincidir con los
anteriores, habiendo ocupado un cargo de gobierno, calificado como estadista,
que antepone los ideales políticos y morales sobre los económicos, por ejemplo
Gandhi o Nelson Mandela.
El Modelo Político
Este modelo de decisión, se
caracteriza por su ingente
contenido empírico y su énfasis en lo descriptivo.
Lo que preocupa a sus teóricos (Lindblom, 1970; Allison, 1971) es ¿cómo se
toman las decisiones en la realidad? Ellos critican al modelo racional, y lo
consideran como no aplicable en la realidad. Aunque lo aprecian como el ideal
que se debe aplicar en la toma de decisiones.
El término clave es el deber ser
pero aplicado en formulaciones ideales. Los autores del modelo político
consideran que el modelo racional es el instrumento idóneo para intelegir el
universo, pero que su no aplicabilidad es culpa de la realidad (como también
ocurre con algunos modelos econométricos).
El modelo político es un modelo
basado en el incrementalismo y pretende ser una herramienta de aplicación
práctica. Exige del decisor un reconocimiento de la compleja realidad que lo
rodea, por lo cual debe partir de la siguiente premisa "tengo una
situación, hagamos pequeños cambios y veamos si mejora o empeora".
Los cambios desde este enfoque
procuran evitar las "cosas malas" que conducirían hacia el fracaso
total, también se abandonan las pretensiones del óptimo (modelo racional) y de
lo satisfactorio (modelo organizacional).
Para Graham T. Allison, la
comprensión de la acción del gobierno parte de vizualizarlo como un producto
organizacional, parcialmente coordinado por un grupo unificado de dirigentes.
Con esta premisa Allison pretende balancear los esfuerzos de los modelo
clásicos y llevar el análisis hacia la comprensión del comportamiento
desarrollado por el gobierno como una alternativa al modelo del actor racional
unificado (Allison, 1971: página 144).
El modelo político también supone que
el decisor conoce su contexto y que toma decisiones parcializadas a partir de
situaciones complejas. La parcialidad es la única que asegura el éxito a través
de la socialización del problema.
Trasladando estos supuestos al plano
de las organizaciones e instituciones, éstas efectúan pequeños cambios,
reconociendo en el contexto una realidad compleja. Por ello asumen decisiones
parcializadas e involucran al conjunto de decisores en un proceso de
negociación, esto posibilita el surgimiento de las opiniones - elementos de
retroalimentación y control- que generan información que potencia y permite el
dominio de la situación.
En suma, el modelo político es
adaptativo, sustentado en sistemas flexibles basados en la información obtenida
de los errores procurando evitar el máximo de los fracasos en una visión
conjunta del modelo se puede observar una estrategia de decisión, aunque no con
una clara definición de los medios y de los fines.
Por otra parte y recuperando los
argumentos de Allison, él menciona que los dirigentes ubicados en la cúspide de
las organizaciones no son un grupo monolítico. Cada una de las personas en este
grupo está en su propio derecho -interés individual-, es un jugador central en
el ámbito competitivo. El nombre del juego es política: negociando a lo largo
de circuitos regularizados entre jugadores posicionados jerárquicamente dentro
del gobierno u organización.
Otro punto de vista del Modelo Político
El modelo político no ve un actor
unificado, sino muchos actores considerados como jugadores, quienes no se
centran en un tratado estratégico único, pero sí sobre algunos de los
diferentes problemas intra- nacionales, pues bien, los jugadores que actúan en
función de un conjunto inconsistente de objetivos estratégicos, pero de acuerdo
con diversas concepciones de lo nacional, de los objetivos organizacionales y
personales; son los jugadores quienes hacen que la decisión del gobierno no sea
única, ni la opción racional debido al "estire" y "afloje"
de [elementos que dan vida a] la política (Medina, 1993).
En consecuencia, la decisión
organizacional bajo el enfoque del modelo político es el producto de las
decisiones estratégicas individuales. La decisión colectiva es el resultado de
las decisiones atomizadas y de las estrategias de los jugadores que intervienen
en su consecución.
Por las condiciones anteriores y con
cierta estructura organizacional, el ambiente intra-organizacional se
transforma en una arena de lucha por el poder. En suma los hombres comparten el
poder. Este medio necesita que las decisiones y acciones de la organización
resulten de un proceso político.
En el proceso político
organizacional, algunas veces un grupo comprometido con un determinado curso de
acción, triunfa sobre otros grupos en la lucha por otras alternativas. De igual
forma, diferentes grupos tensionan en diferentes direcciones y producen un
resultado o más bien una resultante distinta de cualquier otra que pretendan un
individuo o grupo (como en los juegos de suma no nula). En ambos casos, lo que
mueve las piezas del ajedrez no son simplemente las razones que apoyan un curso
de acción o las rutinas de las organizaciones que decretan una alternativa,
sino el poder y las habilidades de los proponentes y oponentes de la acción en
cuestión.
Como se puede observar, este modelo
se sustenta en el sentido común, la intuición y en las capacidades naturales de
los decisores. Su racionalidad, aunque pretende salir del esquema clásico, tan
sólo logra velar los fines y los medios, en su óptica incrementalista, de
ensayo y error. Busca también a través del enfrentamiento de intereses de los
actores, la información que le permita incidir en su contexto y por lo tanto,
en su realidad. Intenta correr el velo que rodea a las relaciones de
dominación, brindando al decisor individual o grupal una mayor cuota de poder,
al poseer una visión más clara de los juegos y alianzas de poder que se dan en
su contexto. También se debe mencionar que el modelo político muestra que no
necesariamente lo político es irracional y que lo operativo es racional.
También bajo este mismo tenor, permite inferir que la decisión política se
produce como resultado de la amalgama de decisiones o estrategias individuales
que campean por recursos y por la preeminencia de sus alternativas.
Aquí valdría la pena hacer un alto y
algunas reflexiones en torno a los planteamientos de los modelos anteriores. La
visión del poder en la actualidad como lo ha demostrado A. Guiddens tiene una
estrecha relación con la estructura. Esto es, el poder y la negociación (el
estira y afloja que Graham
Allison plantea en ciertas negociaciones) son la
base de la cadena organizacional de los objetivos. Lo que se traduce en el
mantenimiento del carácter racionalista de los procesos en las organizaciones.
El proceso de negociación política
entonces se observa como un mecanismo de preservación del equilibrio
organizativo ante los embates contextuales. De tal suerte que se encuentra
íntimamente relacionada con el equilibrio entre cooperación y pagos que
manejaba el modelo organizacional, lo que se traduce en un terreno práctico en
conflictos e insatisfacciones que pueden tener un alto costo para la
organización.
En estas circunstancias el poder
-entendido como una relación y no como una capacidad de los actores (Crozier y
Friedberg, 1990)- no puede desarrollarse más que a partir del intercambio entre
actores, en juegos o circuitos de poder mediados por la negociación, esto es,
una relación de intercambio recíproco y desigual (Clegg, 1990).
En apoyo a la idea anterior se tienen
los postulados de Cyert y March (1963): "en el dominio de las relaciones,
el poder no es una expectativa sino un modo de acción" y, como tal, se
hace y construye diariamente en los entrejuegos y circuitos de poder. Las
relaciones de poder a las que se hace aquí referencia no se dirimen en los
actos formales y establecidos, sino en el flujo de información diaria en las
relaciones entre grupos o redes de grupos que se entablan a cada instante en
los lugares de trabajo.
Desde la óptica del modelo
organizacional, la negociación política se puede relacionar con el concepto de
laxitud organizativa propuesto por la Escuela de Carnegie (Cyert y March 1963).
Para esta última perspectiva, con una laxitud lo suficientemente grande se
asegura la posibilidad de generar consensos en torno a objetivos comunes. Pero
cuando la laxitud disminuye, el proceso decisorio cambia substancialmente y los
procesos de negociación política cambian su sentido cooperativo y consensual
(March y Olsen 1976, Medina, 1993). Pero el ubicar a la negociación política en
función de un gradiente de laxitud podría ser considerado como un encuadre muy
estrecho de visión. Fundamentalmente porque al suponer que las r
elaciones de
poder se concretan en las acciones cotidianas de los individuos y en espacios
muy bien delimitados, provocan que las fuentes de este condicionamiento no se
puedan precisar de manera contundente.
Por lo anterior, probablemente la
negociación de orden político, nace y se ejerce en el marco de un orden
instituido y que la mayoría de las ocasiones responde a elementos de tipo
cultural o axiológico. Esto se podría interpretar -en palabras de Lukes- como
si la fuente de negociación y poder se mantuviese en niveles menos visibles y
directos (Lukes, 1974). A estas visiones se les deben agregar los factores
institucionales involucrados en las relaciones de poder, las variables de tipo
personal como la indeterminación de preferencias que está íntimamente ligada
con un factor heurístico.
Conclusiones
Como una conclusión preliminar se
puede decir que las relaciones de poder admiten múltiples modalidades,
fundamentalmente por su naturaleza cambiante: en algunas ocasiones las
relaciones entre actores, éstos últimos se pueden mostrar hostiles con una
pretensión destructiva o de sometimiento y en otros momentos de la relación es
posible la manifestación de cierto grado de cooperación de tipo carismático
hacia quien detente el poder (quien no necesariamente es el jefe). Ante esta
ambigüedad lo único evidente es la intencionalidad expresa o no de los actores
por mantener la relación de poder, ya que en muchas ocasiones de ello depende
su sobrevivencia dentro de la organización.
Referencias
Aporte Josè Castillo
Complemento Introducción
En el presente Blog como asignación de
la materia Toma de Decisiones, correspondiente a la Maestría en Gerencia
Empresarial de la Universidad Fermín Toro, se aborda el modelo político de toma
de decisiones, definiendo su concepto en el más amplio sentido posible, al
igual que su enfoque clásico.
La toma de decisiones a través del
tiempo ha representado la acción directiva en las organizaciones desde la
perspectiva de la gerencia estratégica, todo ello con la finalidad de fijar el
rumbo hacia los objetivos empresariales y una visión prospectiva que mantenga
el posicionamiento en el mercado, así como de las operaciones de los negocios
en todos los ámbitos de la organización. Sin embargo, se hace necesario
analizar los diferentes aspectos que envuelven al gerente a decidir desde
diferentes perspectivas teóricas con la finalidad de enriquecer el presente
estudio.
En este sentido, la toma de decisiones
en términos básicos según Hellriegel, y Slocum (2004:267) es el “proceso de
definición de problemas, recopilación de datos, generación de alternativas y
selección de un curso de acción”.
La tarea de todo de gerente siempre a ha
sido generar un mejor y mayor rendimiento para los dueños o accionista de una
empresa en especifico. Sin embargo dicha tarea no puede desprenderse de un
factor determinante: la toma de decisiones, que siempre va a estar presente en
diferentes escenarios.
Para facilitar la toma de decisiones han
sido creados diferentes modelos que se adecuan al entorno donde se debe tomar
la decisión para generar una acción que busque lograr u obtener buenos
resultados. Entre los modelos existentes están: el clásico, administrativo,
racional, el organizacional, entre otros. Durante el desarrollo de este blog
estaremos hablando del modelo político.
Cuando en una organización existen
grandes diferencias, los grupos que la integran asumen intereses, metas y
valores independientes. Son comunes el desacuerdo y el conflicto de manera que
se necesita el poder y la influencia para lograr tomar una decisión. Los grupos
se implicaran en la atención del debate para tomar decisiones y alcanzar metas.
La información es ambigua e incompleta.
En este blog trataremos de brindar la
mayor información acerca de uno de los modelos de toma de decisión llamado
modelo político, el cual se refiere de manera particular a las organizaciones
que luchan por la participación democrática en la toma de decisiones a través
del empoderamiento a los colaboradores.
Usualmente este modelo es aplicado
cuando el nivel de conflicto es alto. Es un modelo basado en el acuerdo que
evita “las cosas malas” y a su vez implica aprender a adquirir, desarrollar y utilizar
el poder para alcanzar sus propósitos.
Complemento Definición Modelo Político
El modelo político es útil para adoptar decisiones no programadas cuando
las condiciones son inciertas, cuando se dispone de poca información y los
ejecutivos no coinciden en metas establecidas o en que acciones emprender. Casi
siempre en las decisiones intervienen muchos ejecutivos que persiguen objetivos
distintos y conversan para compartir la información y llegar a un acuerdo. Con
frecuencia forman una coalición para tomar decisiones complejas. La coalición
es una alianza informal entre los que favorecen una meta determinada.
El modelo político se asemeja mucho al ambiente real donde los ejecutivos
y los decisores operan. Las decisiones son complejas y en ellas intervienen
muchas personas, la información es ambigua a menudo, y los desacuerdos y
conflictos frente a los problemas y soluciones son normales. El modelo político
se basa en cuatro suposiciones fundamentales:
1.- Las organizaciones se componen de grupos con intereses, metas y
valores diversos. Los ejecutivos no coinciden en las prioridades de los
problemas y a veces no entienden o no comparten los objetivos y los intereses
de sus colegas.
2.- La información es ambigua e incompleta. El intento de ser racional
se ve limitado por la complejidad de muchos problemas, lo mismo que por las
restricciones personales y organizacionales.
3.- Los ejecutivos no tienen tiempo, ni los recursos o capacidad mental
necesarios para identificar todas las dimensiones del proceso y procesar la
información relevante. Intercambian puntos de vista entre sí para recabar
información y atenuar la ambigüedad.
4.- Se enfrascan en discusiones en favor y en contra para escoger las
metas y discutir las alternativas. Las decisiones son resultado de la
negociación y la discusión entre miembros de una coalición.
El proceso de toma de decisiones en este
modelo siempre ira en función de intereses propios y metas de participantes
poderosos. Cuando decimos poderosos nos referimos a la capacidad de influir o
controlar las decisiones o metas individuales, de equipos departamentales o de
la organización.
Los modelos políticos si bien se ocupan
primordialmente de las estructuras y procesos internos, dan cuenta de la
presencia de presiones y uniones externas que no se ha desarrollado plenamente.
Son también parte de esta perspectiva analítica la mayor parte de los modelos
mixtos que se desarrollaron durante la segunda generación de investigadores y
algunos de los enfoques funcionales de la cultura organizacional.
Influencia y Poder
La empresa
no es una máquina coordinada, sino un conjunto de coaliciones diversas.
Ejecutivos políticos
Quien piense que las organizaciones se
mueven sólo por razones técnicas y según el organigrama se llevará una gran
decepción.
Hay maneras muy distintas de entender
el funcionamiento de una organización. Una muy importante es la que llamamos
"el modelo político".
La organización deja de funcionar
como una máquina perfectamente coordinada y se transforma en un conjunto de
coaliciones compuestas por una variedad de individuos y grupos de interés, con
distintos valores, metas, preferencias, creencias, información y percepciones
de la realidad, que luchan por imponer sus posiciones y puntos de vista
respecto a la mejor forma de manejar la compañía y definir el rumbo de la
empresa, que se enfrentan para ganar mayor poder y control, conseguir una mayor
tajada de los recursos (siempre escasos), y que pueden llegar a ser muy
agresivos cuando los tiempos son difíciles.
Las fuentes del poder
Un buen ejecutivo sabe cómo manejar
el poder, entiende el efecto simbólico de sus acciones y decisiones, conoce la
magia de las palabras, establece ceremonias y tradiciones de gran impacto,
presta atención al manejo de las situaciones, y se apoya en la estructura
organizacional como herramienta de gran fuerza comunicacional.
El poder de un ejecutivo se nota de muchas maneras, algunas muy explícitas y otras encubiertas, por ejemplo, cuando es capaz de contratar o promover a una persona que desea favorecer, obtener la aprobación de un presupuesto de inversiones y gastos generoso, o lograr aumentos de remuneraciones para sus subalternos más fieles. También se refleja en su cercanía con la alta administración y en su capacidad de definir la agenda de la empresa.
Se dice que una persona tiene poder sobre otra cuando consigue influir sobre ella y superar resistencias, y logra que tenga comportamientos que pueden incluso ir en contra de sus preferencias o voluntad. Lo normal en una organización no es buscar un "poder absoluto" o coercitivo para doblegar a otra persona, sino influir sobre su conducta con incentivos positivos, que sean de mutua conveniencia y sin coartar su libertad.
El poder de un ejecutivo se nota de muchas maneras, algunas muy explícitas y otras encubiertas, por ejemplo, cuando es capaz de contratar o promover a una persona que desea favorecer, obtener la aprobación de un presupuesto de inversiones y gastos generoso, o lograr aumentos de remuneraciones para sus subalternos más fieles. También se refleja en su cercanía con la alta administración y en su capacidad de definir la agenda de la empresa.
Se dice que una persona tiene poder sobre otra cuando consigue influir sobre ella y superar resistencias, y logra que tenga comportamientos que pueden incluso ir en contra de sus preferencias o voluntad. Lo normal en una organización no es buscar un "poder absoluto" o coercitivo para doblegar a otra persona, sino influir sobre su conducta con incentivos positivos, que sean de mutua conveniencia y sin coartar su libertad.
Cuando una persona A
"manda" a otra B a hacer algo, y B "obedece", se dice que A
tiene poder sobre B. La pregunta entonces es por qué B se allana a las
solicitudes de A. Son muy diversas las razones que B puede tener para obedecer.
¿Es el poder una "imposición" de A sobre B, una
"invitación" de A a B, una "concesión" de B a A, o
simplemente un análisis que B hace sobre la conveniencia que para él o ella
tiene obedecer, al menos en esta oportunidad?
En el uso del poder, A puede utilizar "la zanahoria" o "el garrote", dependiendo de si pretende despertar entusiasmo (poder de recompensa) o temor (poder coercitivo). El poder de A sobre B puede tener su origen en distintas situaciones que condicionan la interacción entre las personas en el contexto organizacional:
- Autoridad formal: A es el jefe y B, el subordinado.
En el uso del poder, A puede utilizar "la zanahoria" o "el garrote", dependiendo de si pretende despertar entusiasmo (poder de recompensa) o temor (poder coercitivo). El poder de A sobre B puede tener su origen en distintas situaciones que condicionan la interacción entre las personas en el contexto organizacional:
- Autoridad formal: A es el jefe y B, el subordinado.
- Poder normativo. A es quien define las reglas.
- Poder experto. A sabe más que B de ciertas materias especializadas.
- Poder del liderazgo. A es una persona reconocida y respetada.
- Poder de la información. A maneja información que B no conoce.
- Poder organizacional. A controla recursos escasos que B necesita (por ejemplo, A tiene veto
sobre las inversiones), o es versado en el uso de las tradiciones, reglas y
procedimientos que se utilizan en la organización.
- Poder de los contactos. A tiene amigos poderosos.
Los ejecutivos de todo el mundo
reconocen la importancia de la política en la empresa y actúan conforme a esta
realidad, aunque una mayoría preferiría que no existiera, porque piensa que
deteriora la eficiencia organizacional.
Decisiones
Los ejecutivos deben cuidar las
implicancias políticas de sus actos. Antes de tomar sus decisiones, debe
preguntarse:
(1)
¿Quiénes son las personas o grupos
favorecidos y perjudicados por la decisión? ¿Quiénes son los más importantes?
¿Cuáles son las dependencias e interdependencias de estos grupos?
(2)
(2) ¿Cómo conducir el proceso de toma
de decisiones para conseguir la adhesión de todos los afectados? ¿Cuáles son
sus bases de poder?
(3)
(3)¿Cómo implementar las decisiones
para evitar la resistencia y reducir los conflictos? ¿Qué adhesiones de
personas influyentes o líderes de opinión deben conseguirse para facilitar el
logro de los objetivos? ¿Quiénes conforman su coalición? ¿Quiénes son sus
aliados y amigos naturales? ¿Cómo neutralizar, convencer o negociar una salida
con sus adversarios?
Según Gary Hamel, citado por HBR,
para llevar adelante una transformación significativa en una empresa se
necesita un "activista", cuyo objetivo sea conseguir el cambio que
busca, para vencer las resistencias y conseguir la adhesión de los actores
principales.
La esencia es formar una amplia coalición que apoye el proyecto. El
impacto de un grupo cohesionado tiene un gran valor.
Paso 1: Crear un punto de vista.
Imaginar un proyecto que sea creíble, coherente, motivante y con valor
comercial.
Paso 2: Escribir una proclama.
Difundir el proyecto de modo que capture la imaginación de las personas.
Paso 3: Crear una coalición. Formar
un equipo de trabajo que se juegue a fondo por el proyecto y captar nuevas
adhesiones.
Paso 4: Actuar en el momento
oportuno. Elegir el blanco y el momento oportunos.
Paso 5: Neutralizar o subir al carro a los opositores.
Paso 5: Neutralizar o subir al carro a los opositores.
Paso 6: Encontrar un traductor. Un
proyecto necesita de alguien que lo cuente con convicción e interés.
Paso 7: Ganar en lo pequeño, pronto y
a menudo. Pasar lo antes posible del proyecto como idea a algo tangible.
Paso 8: Aislar el proyecto, infiltrar
la organización, e integrarse. En una primera etapa, hay que evitar que
"la burocracia" lo aplaste.
Política: ¿Juego rudo o juego sucio?
Se dice que la política es un
"arte", aunque no es así como se la ve comúnmente. La política
aparece como una de las actividades humanas más desprestigiada en nuestros
tiempos.
Y es una pena que esto ocurra, porque
necesitamos de la buena política para promover ideales, representar los
intereses de la gente, acercar posiciones entre distintos grupos de la sociedad,
seducir, convencer, transar. En suma, para conseguir y ejercer el poder con el
fin de utilizarlo para alcanzar propósitos nobles que favorezcan a la gente y
promuevan el desarrollo del país.
Hoy, la política es sinónimo de juego
sucio, deslealtad y traición. Así parecen entenderlo la gente de la calle y los
círculos académicos. Pero ¿qué pensarán los políticos? Ojalá que su parecer sea
más positivo y que sientan su actividad como una misión y no como una arena en
la cual "todo vale" para obtener provecho personal.
Es claro que la lucha por el poder es dura, aunque las intenciones sean nobles. Esto lo expresó con claridad recientemente Josep Lluís Carod-Rovira, vicepresidente del Gobierno de Cataluña: "La política, contrariamente a la imagen que a menudo se transmite, no es un juego sucio, sino una serie de acciones intensas y, a veces, al límite, que buscan el beneficio de una mayoría y el triunfo de unas ideas".
Es claro que la lucha por el poder es dura, aunque las intenciones sean nobles. Esto lo expresó con claridad recientemente Josep Lluís Carod-Rovira, vicepresidente del Gobierno de Cataluña: "La política, contrariamente a la imagen que a menudo se transmite, no es un juego sucio, sino una serie de acciones intensas y, a veces, al límite, que buscan el beneficio de una mayoría y el triunfo de unas ideas".
La política no tiene que ser un
"juego sucio", pero es un "juego rudo", como un buen partido
de rugby o de box. Lo decía un político chileno, "la política es sin
llorar".
No cualquiera puede participar en política. Se requiere un sentido de misión y un manejo ético del poder, porque "el fin no justifica los medios". Deben respetarse las reglas del "juego limpio". Nadie puede aceptar la política "sucia", porque no es ética, pero si es posible aceptar la política "ruda".
No cualquiera puede participar en política. Se requiere un sentido de misión y un manejo ético del poder, porque "el fin no justifica los medios". Deben respetarse las reglas del "juego limpio". Nadie puede aceptar la política "sucia", porque no es ética, pero si es posible aceptar la política "ruda".
La "rudeza" de la política
se ha exacerbado debido a la participación intensa de los medios de
comunicación, pues todo lo que se hace o se dice se amplifica mil veces. La
lucha por el poder es un "reality" más excitante y atractivo que
muchos programas de la televisión.
La política es también hoy día
"el arte de la representación".
Es preciso conocer los códigos con los que es posible entretener seducir y conmover a los televidentes, ahora transformados en electores, para utilizarlos en beneficio de sus posiciones.
Es preciso conocer los códigos con los que es posible entretener seducir y conmover a los televidentes, ahora transformados en electores, para utilizarlos en beneficio de sus posiciones.
Y como en una buena historia, la
trama debe preguntarse por los roles ("¿Quién asumirá, a la luz de
los acontecimientos, el papel del malo o la mala del elenco?"), la
evolución de la historia ("¿Qué personaje será eliminado de la competencia
en el próximo capítulo?"), el desenlace ("¿Resistirá la presión de la
lucha sin caer en el juego sucio?"). Pero hay riesgos, porque puede
imponerse la ficción por sobre la realidad y la farándula por sobre el trabajo
bien hecho.
Quizás porque en nuestra época la
política tiene mucho de actividad mediática, es que esas "acciones
intensas y a veces al límite" deben ser cuidadosamente filtradas por el
tamiz de la ética. Nada hay más peligroso para la sociedad que no saber dónde
trazar la línea entre "juego rudo" y "juego sucio". Esto
pone en riesgo el futuro del país.
El arte de lo posible, la política,
sigue siendo la actividad más noble en una sociedad. De todos depende que ella
convoque a los mejores y más capaces, y que ellos sepan autoimponerse las
reglas del "juego limpio"
Conclusiones
En
primer lugar el modelo político es un modelo basado en el incrementalismo y
pretende ser una herramienta de aplicación práctica.
Exige
del decisor un reconocimiento de la compleja realidad que lo rodea, por lo cual
debe partir de la siguiente premisa "tengo una situación, hagamos pequeños
cambios y veamos si mejora o empeora".
El
modelo político también supone que el decisor conoce su contexto y que toma
decisiones parcializadas a partir de situaciones complejas. La parcialidad es
la única que asegura el éxito a través de la socialización del problema.
El
modelo político es adaptativo, sustentado en sistemas flexibles basados en la
información obtenida de los errores procurando evitar el máximo de los fracasos
en una visión conjunta del modelo se puede observar una estrategia de decisión,
aunque no con una clara definición de los medios y de los fines.
La
decisión organizacional bajo el enfoque del modelo político es el producto de
las decisiones estratégicas individuales. La decisión colectiva es el resultado
de las decisiones atomizadas y de las estrategias de los jugadores que
intervienen en su consecución.
El
modelo político es útil para adoptar decisiones no programadas cuando las
condiciones son inciertas, cuando se dispone de poca información y los ejecutivos no coinciden en metas
establecidas o en que acciones emprender.
Referencias
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